JUSTIFICACIÓN DEL ARTISTA

sábado, 20 de noviembre de 2010

Escribir para mí, es una tarea de relleno. Empiezo a vomitar las palabras y luego se me aparece un final y de pronto, me doy cuenta de que para que todo tenga sentido debo agregar algunas cosas en lugares críticos y quitar otras que están de más y solamente así el cuento o lo que sea estará terminado. No importa de dónde pueda venir la inspiración. A veces se genera por escritura automática, por un sueño, porque hay algo que quiero decir o porque necesito aclarar alguna emoción oculta. Lo que necesito es la primera palabra, la primera oración. Debo aclarar que no siempre que empiezo a escribir termino de hacerlo, porque me suele ocurrir —por necesidades inmediatas que requieren urgente atención— que me interrumpo y entonces me voy olvidando de algunas cosas y por eso digo que tiendo a matar historias. Pero no me siento mal porque algunas son muy persistentes. Me ha pasado que las historias que creía muertas, han resurgido de otras cometiendo un cruel fratricidio. Al final, descubro que esto de ser escritora es una tarea violenta que se realiza en medio de un fuego cruzado.

0 comentarios: