DIALÉCTICA DE LA VIDA

sábado, 20 de noviembre de 2010

He sentido también la necesidad del suicidio, o al menos, de que la muerte viniese a buscarme pronto. Esperé. Cuando finalmente algo golpeó a la puerta, no era la Parca. Era su opuesta, la vida que estaba llamándome mucho antes.

SITUACIONES DE RIESGO

Mi vida es como la de un agente secreto. Todos los días me enfrento al peligro. Por ejemplo: en cuanto apago el despertador, soy consciente del riesgo a electrocutarme. Mi muerte o recibir quemaduras de tercer grado pudieron haber estado programadas para el minuto exacto en que yo extendiese mi brazo para apagarlo. Si sobrevivo al despertador, todavía queda la cafetera, la desconexión de la alarma, el encendido del auto. A mi secretaria le hago probar el café antes de tomarlo yo, porque puede estar envenenado. Y no como nada fuera de los lugares que ya han asegurado mi supervivencia, aunque chequeo las nóminas de los empleados y aún indago sus currículos para asegurarme que no haya algún rebelde entre ellos. No llego al extremo del barbijo porque sé que no buscan a la masa sino solamente a mí. En las horas pico del tráfico, sé que determinadas esquinas o número de chapa me persiguen. Y cuando soy peatón, algunas miradas me advierten que me han marcado para ser la siguiente víctima de un asalto callejero o también, la víctima de una mujer que pretende la más cruel de las agonías. Soy resistente. Estoy muy bien entrenado. Hasta ahora, sigo invicto.

LA VERDAD NO SE IMPONE POR SÍ MISMA

El profeta tenía un mensaje para la humanidad, una revelación que le había sido confiada en un sueño. Era una verdad tan sencilla. Transitó las calles de las ciudades compartiéndolo con los transeúntes que quisiesen oírlo. Pero estas personas casuales se preguntaban quién era él y se respondían que simplemente se trataba de un desconocido, un soñador. Entonces el profeta reflexionó que quizás debería realizar una entrada más espectacular y masiva para que su mensaje no fuese asumido como el discurso de un loco y fuese tomado en serio. Es que el mensaje era tan sencillo. Finalmente, cuando estuvo en el momento y el lugar adecuados para hacer la revelación, la hizo. Los presentes se quedaron pasmados ante el púlpito, al igual que los televidentes frente a sus televisores. Los rumores empezaron a levantarse, era una obviedad, dijeron, qué otra cosa podía decir alguien que lo tenía todo. Y masivamente, lo repudiaron.
Así fue como la humanidad siguió a la espera de la verdad, que continuó siempre presente aunque invisible e inaudible a sus ojos y oídos.

JUSTIFICACIÓN DEL ARTISTA

Escribir para mí, es una tarea de relleno. Empiezo a vomitar las palabras y luego se me aparece un final y de pronto, me doy cuenta de que para que todo tenga sentido debo agregar algunas cosas en lugares críticos y quitar otras que están de más y solamente así el cuento o lo que sea estará terminado. No importa de dónde pueda venir la inspiración. A veces se genera por escritura automática, por un sueño, porque hay algo que quiero decir o porque necesito aclarar alguna emoción oculta. Lo que necesito es la primera palabra, la primera oración. Debo aclarar que no siempre que empiezo a escribir termino de hacerlo, porque me suele ocurrir —por necesidades inmediatas que requieren urgente atención— que me interrumpo y entonces me voy olvidando de algunas cosas y por eso digo que tiendo a matar historias. Pero no me siento mal porque algunas son muy persistentes. Me ha pasado que las historias que creía muertas, han resurgido de otras cometiendo un cruel fratricidio. Al final, descubro que esto de ser escritora es una tarea violenta que se realiza en medio de un fuego cruzado.

CATEGORÍAS DE AMOR

Quiero ser una de las cosas más importantes en tu vida, le dijo ella y él le respondió categórico: “Sos más importante que mi madre, pero menos importante que mi hijo, que depende de mí y por él, debo poner a mi trabajo también por encima tuyo porque sin mi trabajo no tengo cómo mantenerlo. Pero estás por encima de mi salud, porque si la perdiera, sé que te harías cargo, tan incondicional es tu amor, y harías tus cuidados extensivos a mi hijo, de quien dejaría de preocuparme, ocupando vos su lugar, por lo que me encargaría de amarte y alimentar nuestra relación”.