TAUTOLOGÍA CARTESIANA

lunes, 30 de noviembre de 2009

Quiero mirar hacia atrás y decir: esto he dejado, esto es lo que he sido. Pero en la cotidianeidad que logro me encuentro con los antiguos bagajes. La que fue ocupa el mismo espacio de la que es ahora y la que será, también mañana.

EL ESTÉRIL DESESTRUCTURALISMO

Busco la rebelión de los esquemas y me encuentro deambulando entre los opuestos de lo mediocre o lo extraordinario. Para donde vaya, una estructura va atrapando mis opciones, y así, me muevo en un laberinto predeterminado donde la única novedad en que puedo incurrir es el no saber hacia dónde me dirigirá mi siguiente elección. Tomo las decisiones, correctas o tentativas y siempre estoy dentro de una nueva estructura que me atrapa y de la que me veo urgida por dejar atrás.
Entonces pido ayuda a los desestructuralistas, que pretenden dinamitar los moldes, las estructuras. Pero para acabar con algo, primero hay que reconocer que ese algo existe —aunque se lo mire de lejos o se pretenda una destrucción foránea— y esa evidencia solamente destruye sus planes y mis planes. La mediocridad me atrapa con mayor frecuencia que lo extraordinario, pero ambas me secuestran. Piden como rescate la carísima experiencia del absurdo.