LA DIFÍCIL REALIDAD

sábado, 1 de agosto de 2009

Los modernos se encontraron con el problema de que si Descartes decía que el sujeto conocía lo que lo rodeaba y que a la larga en verdad no había certeza de que hubiese algo fuera de mí —sí, sí, usó la imagen de Dios, pero eso fue para liberarse de la hoguera…—, entonces, la realidad no podía ser otra cosa más que la representación que cada uno se hacía de lo que estaba ahí afuera. Los empiristas respondieron que los sentidos daban la coherencia u objetividad de que lo que se percibía era cierto, pero algunos disidentes sostuvieron después, que a la larga la razón era la encargada de realizar esa síntesis última entre lo que captamos con los sentidos e interpretamos con la mente. La historia sigue. Los contemporáneos completaron con que si “el otro” ve lo mismo que yo, entonces esa otra cosa existe. Y los estructuralistas atacaron con que es la cultura la que da el contexto para que la interpretación tenga sentido, y por supuesto, los posestructuralistas no se iban a quedar callados, y respondieron que todo dependía de quién fuese el sujeto en cuestión, ya que podría tratarse de alguien conformado fuera de toda categoría o… y así andamos…
El hecho es que esto nos deja sin realidad. O mejor, sin realidad real: sólo con una realidad mediada. A ver si soy clara. Lo que percibimos no es directo; viene decantado, generado, explicado, creado y procreado —usen el verbo que más les guste—, por intermediaros que, atención: pueden ser infinitos. El sujeto de hoy está alejado de la realidad por todos aquellos elementos que ha creado para tratar de entenderla o manipularla. Y por eso está solo. Tiene la urgencia permanente de crear una realidad para que otro lo entienda; es responsable de generar constantes categorías de acercamiento, de diálogo, de necesidad, vulnerabilidad, lenguaje, sexualidad, o lo que sea. “Pienso y existo”, pero ambos conceptos están cuestionados en su propia interpretación. Parece caótico, y eso se explica tanto caos y dolor en el mundo. Pero también es exuberante, y eso abre nuevas posibilidades que se ramifican y ramifican: eternas, salvajes, improntas, hermosamente ilimitadas.

4 comentarios:

Fabiola Soria dijo...

A mis seguidores, disculpen la falta de actualización del blog. Estuve haciendo cosas mundanas, como ir de vacaciones...

queondaguero dijo...

Hola, Fabita. TE comento algo. Muy buena reflexión y felicidades.
Critica, Si Descartes usó la imagen de Dios, ese pensamiento falseado para ser representado y circulado, ya inició como mito, así que, de entrada para mi, eso es falso. Entonces el razonamiento de Descartes es falso. La realidad es un proceso de significación, representación, interpretación, deconstrucción, poiesis, sensibilidades y construcciones tramáticas.
La realidad no es sólo la interpretación de lo que está afuera a través de la razón, si no de lo que soy yo, la otredad y cómo decido comunicarme. Está adentro de mi, cómo son mis órganos, ¿por qué siento?
Aunque expones los otros sentidos, das una prioridad a lo visual. Es imposible construir la realidad a través de la vista. Es sólo parte del proceso.
Te recomiendo leer a Klinkemberg, o Sergei Gruzinzki sobre el peso de la vista en la cultura mesoamericana y española y del por qué damos predominancia a la vista como pilar del "mapa del problematique".

Besos y espero comentarios. Te mando mucha buena vibra, amiga.
Guillermo

Calavera dijo...

Bueeeeenas, vengo por primera vez ¿dónde me siento?

Si no me falla la memoria, había quien decía (¿Schopenhauer?) que finalmente toda percepción pasa inevitablemente por nuestros propios sentidos, es decir que todo está teñido - por decirlo asi - de nuestra propia humanidad. Incluso la percepción de otro (que corrobore la nuestra) entra a través de nuestros propios sentidos. Nada evita (y es cierto: la discusión puede ser eterna) que a fin de cuentas estemos solos flotando en la nada, y que todo el universo no sea más que una historia que nos contamos para no sentir esa soledad.

De todos modos ¿qué importa? Asi como no podemos percibir nada fuera de nuestros sentidos, podemos pensar que el universo es nuestro y, de nuevo, todas las posibilidades se abren infinitamente, como bien dijiste.
Otra manera de explicarlo es ver "Matrix", juaj.

Me gustó mucho el blog, ya puse un enlace en el mío.

¡Besos con huesos!

Fabiola Soria dijo...

Me gustan estos comentarios. Pero como bien aclaro al comienzo, son puras obsesiones filosóficas y de ahí pasamos a las infinitas posibilidades de interpretación que tenemos de esta forma particular de narrativa o de poiesis que considero que es la filosofía. Y esto puede ser muy discutido.
Lo que intenté con "la difícil realidad" fue armar una síntesis respecto de qué es la realidad. Por eso, Queondaguero, lo que decís de Descartes se puede decir, de ahí a que sea cierto... ¿qué es lo cierto? ¿qué es lo real? Respecto de lo de "lo visto", es un mero recurso literario, no una elección sensorial.