Tendemos a preguntarnos constantemente; qué es la vida, el bien, el amor, la felicidad, y el listado es tan interminable como diverso. Dejamos de preguntarnos cuando alcanzamos algunas certezas y nuestras preguntas cambian, o el peso de las respuestas es tan radical que nuestra pregunta enraíza ahora otras interrogantes que no estaban implicadas. La pregunta es un arte. Es también una constante de espíritus que buscan la autonomía de lo aparente. En nuestra sociedad posmoderna, las preguntas se mezclan con el vivir rutinario y mediatizado y a veces, tienden a aceptarse respuestas ajenas reemplazando aquellas que deberíamos construir por nosotros mismos.
Nací en Bahía Blanca pero vivo en General Roca (Fiske Menuco), Río Negro, desde 2005, así que me considero patagónica. Participo del Centro de Escritores local, con los que publiqué y publico en la Revista Desde el Andén (ahora tiene la versión digital). Tenemos una antología del Centro, el libro Qué miércoles, publicado por el Fondo Editorial Municipal. Eso fue en 2010.
En 2011 me arriesgué con mi primer libro, Arquetipos, que compila doce cuentos fantásticos y de ciencia ficción, ilustrados por mí. En 2014 publiqué Todos los rostros con El Suri Porfiado Ediciones. Este es mi primer libro de poesía y hay que leerlo con pañuelo.
En 2015, un buen año, fui seleccionada para integrar la Antología Federal de Poesía - Región Patagonia impulsada por el Consejo Federal de Inversiones. Y en Cali, Colombia me publicaron dos cuentos en la revista Cosmocápsula.
Y no se termina, porque en 2016, no solamente me publicaron un cuento en la Revista Todo, de Bariloche, sino que me largué con “¡Maldita humanidad!”, microrrelatos, esta vez a cargo de la Editorial Macedonia. Este libro, por supuesto, está ilustrado.
Siempre que enseño a Platón en mis clases, recurro al dibujo de un árbol y su sombra, para explicar la dualidad entre el mundo inteligible y el sensible, o el mundo ideal y éste, al que estamos sometidos...