REENCUENTRO

sábado, 14 de agosto de 2010

Había deseado volver a ese bar porque allí había tenido una profunda revelación, y ahora que volvía a esa ciudad, finalmente podría hacerlo. Dio un enorme rodeo como la otra vez. Esperó a que se hiciera la hora pico para encontrarlo: afuera, con la calle atestada de transeúntes y adentro, con algunas mesas ocupadas y la parsimonia de los mozos que vestían sus chalecos a rombos. Entró, se acomodó en el mismo lugar, pidió un cortado mediano; todo igual que la otra vez. Puso el mismo libro al costado y esperó. Pero la revelación no llegó. Repasó en su mente si había obviado algo pero todo había sido hecho de la misma manera. Esperó un poco más: nada. Pidió otro cortado, se quedó hasta la hora del cierre que fue pasada la medianoche y entonces sonó un mensaje en su celular. Allí, la profunda revelación le indicaba que volverían a encontrarse, pero no le dejó detalles de cuándo o bajo qué circunstancias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre muy interesantes las reflexiones. Todo sobre las personas, la vida, y las cosas que suceden en ella.

Fabiola Soria dijo...

La verdad, creo que hay un pensamiento oriental que dice que para recuperar algo que te pasó, tenés que revivir cada instante paso por paso. Siempre traté de ubicar de dónde vendría esa idea, pero sigo ignorándolo...