¿SUPERACIÓN DE LA MULTIPLICIDAD?

sábado, 27 de junio de 2009

Borges, a lo largo de los años, se lamentaba de no poder vivir todas las vidas que se ofrecían a las personas del mundo, tal como esa visión simultánea que tiene su propio personaje mientras contempla el Aleph, y que le da al cuento su tono de nostalgia. Esto siempre me ha llevado a pensar en que tener tanta apertura hacia el mundo, es decir, conocer todas las posibilidades de vida que existen, es una pesada maldición. La vida es constantemente elección, y aunque elijamos, el abanico de cosas por las que no optamos, continúa presente en nuestra mente, y quizás, cuando algo nos sale mal o no nos conforma, nos retrotraemos hacia las otras posibilidades, las que no tenemos. En este sentido, envejecer es avanzar por el camino elegido, pero también alejarse de aquello que pudo haber sido. Y así, ¿quién puede preciarse realmente de haber elegido todas las opciones que tiene?, ¿quién puede decir que optó por lo que quiso y no por lo que estaba más a mano? A veces tengo la cruel pesadilla de que la vida no es más que una mala conexión de cable, en la que continuamente hacemos zapping y nos quedamos con la película que ya vimos porque la conocemos, o porque está en nuestro idioma o porque tal actor asegura que debe ser buena o también, porque no hay nada más para ver.

0 comentarios: