Soñé que corría por un laberinto y que alrededor mío, otras personas competían conmigo por alcanzar el centro, que estaba destinado para uno solo. Y así, en cada bifurcación, yo debía tomar la dirección correcta porque sino perdía mi posibilidad, y en un existencialismo extremo, donde soy mi posibilidad, perderla significaba perderme y haber vivido mi vida en vano. Pero entonces desperté y no supe cómo terminaba mi sueño. Me sentí como en mi vida en general, donde siempre siento que voy hacia algún lugar pero sigo ignorando dónde estoy.
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