ZENÓN

sábado, 6 de junio de 2009

Tuve una pesadilla. Soñé que moría y que en el instante previo a la muerte —ese instante en el que se vislumbran las imágenes de lo que se ha sido—, me sumergía en las aporías de Zenón. Así, en mi sueño volvía al término medio de mi vida, pero antes de poder llegar, me detenía en la mitad de los recuerdos, y nuevamente en la mitad, y otra vez, y así quedaba siempre en el término medio desde el cual jamás me había movido. El umbral de la muerte estaba en la otra dirección; intenté alcanzarlo inútilmente.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que compartimos una pasión: la filosofía permite desbaratar las certezas que embretan y anquisolan la imaginación radical, como llama Cornelius Castoriadis al magma incandescente que es caos expectante de un otro logos que sea demiurgo de nuevos órdenes
perplejos y abiertos al infinito de las combinaciones.
Gracias por compartir tu blog conmigo
Graciela